Cuando yo era un joven periodista del antiguo diario el Detroit Journal, mi editor, Grove Patterson, se interesó en ayudarme. Él era un hombre de ideas profundas y perspicaces. Un día me llamó a su oficina. Me dijo:
- Norman, tengo la impresión de que tienes mucho temor y ansiedad. Tienes que librarte de ellos. ¿A qué hay que temerle? ¿Por qué tú o yo o cualquiera tenemos que vivir como un conejo asustado? El Señor nos ha dicho que nos ayudará y estará con nosotros. - Siempre voy a recordar esa conversación.
- Mira hijo - continúo diciéndome - voy a darte un consejo: Al único que debes temer es a Dios, y eso no significa que debes estar asustado. Significa estimarlo. No hay ninguna otra cosa a la que temer. Así que nunca le tengas miedo a nada ni a nadie.
- Pero, señor Patterson- le dije- esa es una orden bastante grande. ¿Cómo es posible vivir sin temerle a nada ni a nadie?
Entonces me dijo levantando su dedo largo y manchado de tinta:
- Escúchame. Te voy a decir cómo: "mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas" (Josué 1:9). Así que apóyate en esta promesa- agregó- y no olvides que está hecha por Alguién que nunca le falló a nadie.
Tomado de: Seis Actitudes para Vencer, por Norman Vincent Peale. Editorial Unilit.
No hay comentarios:
Publicar un comentario